EVALUACIÓN DE APRENDIZAJES
¿QUÉ SIGNIFICA EVALUAR?
“Dar una nota es evaluar, hacer una prueba es evaluar, el registro de las notas se denomina evaluación. Al mismo tiempo varios significados son atribuidos al término: análisis de desempeño, valoración de resultados, medida de capacidad, apreciación del “todo” del alumno” (Hoffman, 1999)
En el lenguaje cotidiano, el concepto de evaluación es polisémico porque éste se impone o no en la práctica según las necesidades mismas de la evaluación y en función de las diferentes formas de concebirla. En efecto, puede significar tanto estimar y calcular como valorar o apreciar. Quizá en este sentido, conviene no olvidar tampoco desde la dimensión pedagógica las implicancias polivalentes del término: la evaluación hace referencia a un proceso por medio del cual alguna o varias características de un alumno, de un grupo de estudiantes o un ambiente educativo, objetivos, materiales, profesores, programas, etc., reciben la atención de quien evalúa, se analizan y se valoran sus características y condiciones en función de parámetros de referencia para emitir un juicio que sea relevante para la educación.
¿Qué NO es Evaluar?
No es evaluar:
- Poner una Calificación.
- Establecer una medida.
- No debe ser un Proceso Competitivo.
- No debe ser una Forma de Control no del Alumno si no de los Contenidos.
- No debe ser utilizada como Beneficio o Castigo.
“Los docentes venezolanos no evaluamos, medimos. Le decimos al estudiante ‘sacaste A, sacaste B o sacaste C’. Tenemos que quitarnos la idea de que la evaluación es poner nota”, afirma la profesora María Ramos, facilitadora de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) y Coordinadora del departamento de Evaluación del colegio caraqueño Madre del Divino Pastor.
¿QUÉ EVALUAR?
Supone reflexionar, en primer lugar, sobre qué queremos que los alumnos conozcan y aprendan tras el periodo de enseñanza (esto es, los contenidos de la evaluación) y, en segundo lugar, qué pretendemos que los alumnos realicen con el conocimiento adquirido (es decir, qué operaciones mentales o cognitivas hay implicadas en las tareas que les vamos a proponer para la evaluación de su conocimiento).
Es evidente que existe cierto grado de relación entre el estilo docente del profesor, los objetivos de aprendizaje que define, el procedimiento de evaluación que propone y las estrategias de aprendizaje que todo ello fomenta en los estudiantes. Una correcta planificación de la evaluación facilita información sobre lo que el profesor considera que un alumno debe saber y debe saber hacer con lo que sabe. Además, nos ayuda no sólo a calificar a los alumnos, sino también a detectar las dificultades encontradas en el aprendizaje y las causas posibles de esas dificultades.
Es importante contar con referentes a la hora de evaluar los aprendizajes, por lo que se resaltan los siguientes:
Macro-Referentes:
- El desarrollo de las competencias básicas, esto es, aquellos aprendizajes que se consideran imprescindibles desde un planteamiento integrador y orientado a la aplicación de los saberes adquiridos
- Los objetivos generales de la etapa
Meso-Referentes:
- Los criterios de evaluación de las áreas
Micro-Referentes:
- Los objetivos didácticos de las programaciones de aula
- Las diferentes Órdenes, una práctica evaluadora amplia, profunda y comprometida
Supondría cuestionarnos, entre otros, los siguientes ámbitos y elementos:
- Objetivos didácticos:
- Adecuación de su selección y secuencia
- Grado de consecución
- Nivel de adaptación a los diversidad del alumnado…
Contenidos:
- Grado de consistencia con los objetivos y con los criterios de evaluación
- Adecuación de su secuencia y de su tratamiento (globalizador, disciplinar, interdisciplinar)
- Pertinencia del eje vertebrador (de existir)
- Grado de vinculación con las competencias básicas y con los diferentes tipos de elementos integrados en éstas (conocimientos, habilidades, capacidades, actitudes, valores, emociones…)
¿CÓMO EVALUAR?
La evaluación, como hemos mencionado, puede ser utilizada como un instrumento de control social que fija parámetros y legitima niveles de acreditación. Sin embargo, una mirada reflexiva sobre las prácticas pedagógicas, implica concebirlos como herramientas que permiten identificar el modo en que el alumno construye su conocimiento. Esto implica:
Comprender el significado de las respuestas elaboradas por el alumno.
Considerar el tipo de información relevada por el docente en relación al proceso de aprendizaje y al proceso de producción.
¿Qué tipo de requisitos deben tenerse en cuenta al tomar decisiones respecto a la evaluación?
Los instrumentos de evaluación, no pueden plantearse al margen de los criterios de validez, confiabilidad, practicidad y utilidad que mencionaremos a continuación:
· Validez: se refiere al grado de precisión con que se mide lo que se desea medir. En este sentido es absolutamente relevante la muestra sobre la cual se ejecuta la medición. Porque no se trata de determinar si el instrumento es o no válido. La validez se refiere siempre a los resultados, para lo cual deben considerarse el uso que se hará de éstos. “Cuando se requiere determinar si un instrumento es válido se requiere, entonces, información acerca de los criterios que han presidido su construcción y administración. Los criterios son entonces, externos a la evaluación misma” (Camilioni, 2003)
Existen por otra parte, siguiendo a Camilioni, diferentes clases de validez, entre las que podemos identificar:
Validez de contenido (validez curricular): deberá representar una muestra significativa del universo de contenido cubierto por el curso o la unidad didáctica... en todos los casos, deberá referir a los contenidos más importantes según sea su significatividad en el aprendizaje de los alumnos.
Validez predictiva: se refiere a la correlación existente entre los resultados obtenidos en una o varias pruebas combinadas y el desempeño posterior del alumno en aspectos que corresponden al área evaluada por esas pruebas.
Validez de construcción: supone la coherencia del instrumento respecto al marco teórico que sustenta el proyecto pedagógico.
Validez de convergencia: establece la relación que existe entre un programa de evaluación o un instrumento y otros programas o instrumentos de validez ya conocida.
Validez manifiesta: se refiere al modo en que los instrumentos aparecen frente al público externo. La razonabilidad debe ser visible y explicable a fin de que no sólo sea válida sino que también parezca serlo.
Validez de significado: se refiere a la relación que se establece desde la perspectiva de los estudiantes entre el programa y los instrumentos de evaluación, por un lado y los procesos de enseñanza y aprendizaje por el otro.
Validez de retroacción: cuando la evaluación tiene un efecto normativo sobre los contenidos de la enseñanza, esto es, la evaluación establece lo que se debe enseñar.
· Confiabilidad: se refiere al grado de exactitud con que se mide un determinado rasgo. La confiabilidad debe ser estable y objetiva, independientemente de quien utiliza un programa o un instrumento de evaluación. “Un instrumento confiable permite aislar los aspectos que mide de otros que para el caso se consideran irrelevantes” (Camilioni: 2003)
· Practicidad: se refiere a la viabilidad de la construcción, administración y análisis de resultados.
· Utilidad: refiere a la medida en que una evaluación resulta útil para la orientación tanto de los alumnos como de los docentes, la escuela o a los sectores interesados en la calidad de la educación.
b. Medir la calidad del sistema educativo, control del sistema (3): La tendencia actual entiende a la evaluación como una actividad política y administrativa, y es una parcela de las políticas sociales y de administración pública en tanto el conjunto mismo de las políticas y los servicios públicos se han vuelto objeto de evaluación. Las causas de este fenómeno se deben a:
Ø Razones económicas y presupuestarias: contención del gasto público y prioridades en la asignación de recursos
Ø Presión de la opinión pública (rendición de cuentas): Exigencia de transparencia, en armonía con los principios de una gestión democrática. Consecuentemente, se produce un cambio en la administración pública, del modelo del control vía legalidad se pasa a otro racional-burocrático, en donde se miden los resultados de las políticas propuestas.
Desde el punto de vista estrictamente pedagógico, es posible identificar, siguiendo la enumeración que realiza De Ketele (4), las siguientes funciones para la evaluación:
¿CUÁNDO EVALUAR?
Existen tres momentos:
Inicial: Es la que se realiza al comenzar el proceso de evaluación. Consiste en la reunión de datos sobre la situación de partida. El diagnóstico significa la interpretación y el análisis de los datos recogidos para continuar o replantear los objetivos que se habían previsto. Institucionalmente podríamos decir que se realiza el diagnóstico para saber si la unidad de gestión (con sus recursos humanos y materiales) puede conseguir las metas educativas que se plantea o debe adecuarla a sus posibilidades reales.
Procesual: Consiste en la evaluación a través de la continua y sistemática obtención de datos, a lo largo del tiempo que se haya planteado la consecución de un proyecto. Es de gran importancia dentro de la evaluación formativa, ya que ofrece información de modo permanente pudiéndose comprobar si los resultados son como se esperaban o si hay que reconducir la acción educativa.
Final: Son los datos que se obtienen al finalizar el tiempo previsto para la concreción de un proyecto.
Esta última se relaciona con la acreditación.
¿PARA QUÉ EVALUAR?
Desde el punto de vista social, es posible identificar diversas funciones como:
a. La selección social: históricamente, y aún en la actualidad, la evaluación ha cumplido la función de dirigir mecanismos de selección y control social. Tal como señala Foucault: “El examen combina las técnicas de la jerarquía que vigila y las de la sanción que normaliza. Es una mirada normalizadora, una vigilancia que permite calificar, clasificar y castigar. Establece sobre los individuos una visibilidad a través de la cual se los diferencia y se los sanciona.” (Foucault, 1993). Y en este sentido, “Es el examen, (según Díaz Barriga) el instrumento que permite invertir los problemas sociales en pedagógicos” (Litwin, 2003)
b. Certificación: Supone un balance respecto a objetivos terminales, los macro-objetivos que integran un número relativamente significativo de objetivos intermedios (micro-objetivos). Lo relevante en términos de certificación se refiere particularmente a la integración. Por otra parte, la certificación es una decisión dicotómica en tanto ésta se otorga o no.
c. Clasificación en el interior de una población: Esta función se refiere a la realización de un balance de objetivos de perfeccionamiento (los que el maestro fija para aprovechar al máximo las capacidades de cada alumno)
d. Balance de objetivos intermedios: Esto supone promediar resultados intermedios para obtener una valoración global, la cual debe pronunciarse respecto al éxito o el fracaso de todo el proceso.
e. Diagnóstico: El objetivo es poder describir una situación para tomar decisiones de ajuste.
f. Clasificación: El objetivo es establecer niveles para tomar decisiones respecto a la organización de la población en subgrupos. Estos subgrupos pueden responder a criterios de selección homogénea o heterogénea según el caso.
g. Selección: Supone un criterio de nivel mínimo requerido, y representa el típico sistema del “examen de ingreso”.
h. Predicción: Fundamentada en investigaciones previas postula la estabilidad de las condiciones en las que se ha realizado la observación valorativa.
j. Jerarquización: Supone el orden en que deben abordarse diferentes objetivos pedagógicos.
TIPOS E INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN
En la carpeta de trabajo se mencionan diversos instrumentos de evaluación y se clasifican según estén orientadas hacia los procesos o hacia los productos. En el primer grupo se mencionan los portafolios, las entrevistas, las observaciones documentadas, los registros de aprendizajes diarios, la auto evaluación, los informes de entrevistas sobre proyectos, productos y muestras del alumnos y la expresión en voz alta del pensamiento del alumno. Más orientadas a la evaluación de productos encontramos instrumentos tales como las pruebas de ensayo (que pueden ser de respuesta extensa o limitada), los proyectos, las carpetas de trabajos, Muestras, Investigaciones, Productos de expresión artística y test estandarizados del tipo de “Múltiple choice”.
De Ketele, describe una serie de estrategias de evaluación que, en nuestra opinión, conforman una buena orientación al momento de definir cual sería el instrumento de evaluación más adecuado:
Evaluación clásica puntual empírica: en esta categoría ubica los exámenes escritos tradicionales y la “lección oral” tradicional que denomina “Entrevista libre”. Al respecto de este tipo de evaluaciones señala que a menudo no están establecidos claramente los criterios de evaluación porque muchas veces se trata de criterios implícitos.
Evaluación centrada en los objetivos: incluye aquí otros instrumentos de evaluación que se diseñan conforme a parámetros más precisos, como los tests o entrevistas centradas en objetivos, así como el análisis de contenidos. Estos instrumentos se caracterizan por poseer criterios explícitos aunque varíe su nivel de puntualización.
Evaluación durante el proceso: aquí se encuentran diferentes alternativas de observación destinadas a establecer valoraciones a lo largo del proceso educativo. De Ketele denomina a estos instrumentos “observación libre, sistemática y provocada”.
MOMENTOS DE LA EVALUACIÓN
En términos globales es posible entender la evaluación como un conjunto de acciones tripartitas y repartidas durante el proceso de enseñanza-aprendizaje. Así, podemos identificar una evaluación que ocurre antes del inicio del proceso, otra que ocurre durante o en el transcurso del proceso, y, finalmente, otra evaluación que ocurre al final, al término o después del proceso.
El siguiente cuadro ilustra estos momentos, el tipo de evaluación recomendado para cada uno de ellos, su función y su centro o foco de atención:
Revisemos qué implica cada uno de estos momentos y cómo se inscriben en el proceso de enseñanza-aprendizaje:
- Pre-evaluación (antes): su función es orientar / adaptar / estimar algunas de las características más relevantes del estudiante con relación a sus conocimientos y habilidades. Su finalidad es adaptar el proceso de enseñanza-aprendizaje a las características detectadas, de acuerdo a las especificidades que de allí emerjan. Los instrumentos que la caracterizan se concentran en el evaluado, a fin de mostrar una radiografía o mapa de los rasgos distintivos de un individuo o de un grupo curso.
- Evaluación en proceso (durante): actúa como un mecanismo de interacción y diálogo docente-estudiante, ya que – idealmente – debería consistir en la gestión / administración de las acciones pedagógicas del docente y en la adaptación del aprendizaje por parte de los estudiantes. Su función, por tanto, es que docentes y estudiantes estén conscientes de sus logros y necesidades, aciertos y errores, pues estamos concibiendo esta instancia como el espacio dialógico en el que el proceso de enseñanza-aprendizaje recibe la retroalimentación necesaria para direccionar y/o corregir la obtención de los objetivos fijados previamente. Este tipo de evaluación (formativa) supone modificar la relación pasiva del alumno con el conocimiento y sus competencias, otorgándole mayor espacio en la toma de decisiones acerca de su proceso de aprendizaje y, por ello, convirtiendo el proceso en una situación de mayor autonomía y compromiso. Los instrumentos que caracterizan este tipo de evaluación medirán tanto los procesos (en curso), como las actividades que los componen.
- Post-evaluación (después): constituye el cierre del proceso, ya sea en las etapas intermedias (trimestrales, semestrales, anuales) o de un ciclo (básica, media, etc.). Su función es verificar / certificar que los conocimientos y competencias correspondan a un modelo previamente acordado durante el proceso de enseñanza-aprendizaje. También constituye una instancia de inserción social, laboral o profesional, ya que certifica la adquisición de determinados objetivos que ya han sido obtenidos.
Jean Martelo
Excelente trabajo . Realizaste una investigación de contenidos muy buena. Te felicito...
ResponderEliminarSolo te recomiendo que con viejitas como yo, se hace difícil leer el contenido porque utilizaste un fondo muy oscuro, entonces las letras deben ir en blanco. Tambien puedes agregarle vídeos, juegos, imágenes, todo lo que la imaginación te permita . Muy bieeennnnn....